Cuando hablamos de Fotografía de producto, es un tema obligado fundamentar los conceptos con bases profesionales, estéticas e impecables, hacer fotografías de productos es algo que parece sencillo pero no lo es. Cuando queremos dar a conocer un producto, es importante realizar una buena foto. En la que destaquemos sus características físicas, detalles que lo diferencian del resto y por supuesto los haga atractivo a quien los vende. Por si no sabes exactamente de qué se trata, podríamos decir que engloba aquellas fotografías o imágenes a través de las que se trata de vender o simplemente presentar un producto.
Para fotografiar un producto hay tres aspectos que son básicos y que debemos cuidar. El primero es la luz. Al igual que en toda fotografía, hacer un uso adecuado de la luz es fundamental.
Un exceso puede crear, en algunos objetos más que en otros, una serie de brillos y reflejos que pueden arruinar el trabajo. Para ello es importante usar difusores de luz o si es posible por el tamaño del producto hacer uso de cajas de luz o lightbox
El segundo punto es la composición. En función del propio diseño y características nos interesará mostrar uno o varios ángulos del mismo. Para realizar una buena composición y sobre todo poder controlar la foto es imprescindible usar un trípode. Además, la distancia focal debe ser superior a 35mm para evita que las lineas rectas se deformen.
También, separándonos del objeto podremos evitar reflejos más fácilmente, sobre todo en esos objetos donde por su material es más que probable que aparezcan (pantallas de ordenador o móviles, joyas, etc)
Por ejemplo, fotografías de componentes electrónicos, ropa, automóviles, calzado, productos alimenticios (como el de la imagen derecha), etc.
La fotografía de producto, por tanto, es aquella que se utiliza para presentar un determinado producto y de la calidad de esta fotografía dependerá el grado de aceptación y el deseo de adquirir el producto. De ahí la importancia de estas fotografías.
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